viernes, 10 de agosto de 2007

Thoré-Bürger: el hombre que inventó a Vermeer, 5

Apenas dos o tres datos más. El resto de lo que Thoré-Bürger ha averiguado es tan escaso que ni siquiera alcanza para conocer la fecha aproximada de la muerte de Vermeer. Lo que nos transmite es que en 1661 era síndico de la cofradía de san Lucas, según consta en los archivos de la institución[11]. El 11 de agosto de 1663 se produce la visita del diplomático Moncoys, tal y como éste reflejó en su diario, que un hijo suyo publicaría 13 años más tarde.[12] Ya conocemos bien la anécdota ocurrida: sólo el panadero de Vermeer dispone en ese momento de obras a la venta, pero su precio es estimado como demasiado elevado por el gentilhombre francés.

Después de esas fechas ya no hay mas datos documentales sobre la vida de Vermeer en la reconstrucción de Thoré, sólo recoge lo que indicaba Dirck van Bleyswijck en su Beschryvinge der Stadt Delft (Descripción de la Villa de Delft): que en el momento de la publicación del texto (1668) nuestro hombre aun vive allí.

Una conjetura sobre la fecha de la muerte. Tomando como referencia a otros entendidos de la época, Thoré considera la posibilidad de que cierta venta o subasta de cuadros ocurrida en Ámsterdam en 1696 fuese la venta de liquidación del patrimonio de Vermeer, con lo que el momento de la muerte se situaría en torno a esa fecha. ¿Qué tiene de particular el documento de esta venta para hacernos pensar que se trata de obras vendidas por sus herederos? Es una lista o catálogo de 134 pinturas de todas las escuelas europeas y sus primeras 21 referencias son cuadros de Vermeer. Por lo demás, es todo un pequeño museo de primeras figuras: Rembrandt, Terborch, van Ruysdael, Aelst, Jordaens, Bruegel, Tiziano, Tintoretto, Ribera... La objeción fundamental (que Thoré tiene en cuenta) para rechazar esta hipótesis es que entre esas 21 pinturas que supuestamente Vermeer habría conservado hasta su muerte, figuran algunas de las que ya había vendido cuando Moncoys le visitó en 1663, La lechera, por ejemplo. Así pues, este documento que hoy conocemos como el de la “venta Dissius”, no despeja para nuestro intrépido crítico incógnita alguna sobre la fecha real de la muerte de Vermeer, aunque será la que adopte a modo de hipótesis provisional.

A la luz de tan pobres resultados tenemos que empezar a sospechar que la investigación de Thoré-Bürger no fue tan exhaustiva ni tan audaz como él mismo nos quiere hacer creer. Queda claro, por ejemplo, que jamás consultó un archivo: nunca estuvo en los archivos de Delft, se limitó a pedir por carta al archivero que por favor le comunicara si existía algún documento relativo a un tal Jan van der Meer, pintor; el hombre, que, como es normal, debía estar bastante agobiado de trabajo, le escribió a vuelta de correo que no constaba documento alguno relativo a ese sujeto en los archivos que gestionaba. Tampoco visitó los archivos parroquiales de donde años después fueron rescatas las partidas de bautismo y entierro de Vermeer y buena parte de su familia. Parece como si jamás hubiera visitado la Iglesia Nueva de Delft donde se puede contemplar su lápida: “Johannes Vermeer 1632-1675”[13].

Los escasos datos que aporta Thoré son siempre de segunda mano, en tanto que sus fuentes son los repertorios históricos citados más arriba, cuyas informaciones toma con cautela pero nunca las cuestiona o critica, para ello hubiera necesitado documentos de primera mano; así, la fecha del nacimiento de Vermeer la recoge de Bleyswijck y el documento de la venta de 1696 lo cita a partir de Gerard Hoet quien recopiló en tres volúmenes los catálogos de venta de pintura holandesa entre fines del siglo XVII y mediados del XVIII[14].




[11] Thoré no conoce esos archivos porque, según nos cuenta, habían desaparecido del Ayuntamiento de Delft y se encontraban en manos de un particular, un “curieux”.

[12] «À Delphes (sic) je vis le peintre Vernier, qui n’avot point de ses ouurages: mais nous en vismes un chez un boulanger, qu’on avoit payé six cent livres, quoyqu’il n’y eust qu’une figure, que j’aurois creu payer de six pistoles.» (Journal des voyages de M. Monconys, Lyon, 1676, p.149.)

[13] Otro puzzle a resolver: Vermeer no fue enterrado en la Iglesia Nueva, sino en la Iglesia Vieja de Delft; ignoro cuando se realizó el traslado, tampoco sé si lo que se trasladó fue tan sólo la lápida o también los restos del pintor, tampoco sé decir si la lápida es de colocación reciente, con lo que Thoré no pudo haberla visitado o si, por el contrario, se encontraba ya en su actual sitio cuando el critico se estaba exiliado en los Países Bajos. Sólo puedo decir, a juzgar por una fotografía, que su aspecto es viejo y gastado.

[14] Procedente de una familia de artistas, pintor él también además de marchante de arte, su padre, Gerard Hoet el Viejo es conocido por sus composiciones académicas de temas históricos y mitológicos.

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