lunes, 21 de julio de 2008


"La actitud apartada de los filósofos, actitud peculiarmente negadora del mundo, hostil a la vida, incrédula con respecto a los sentidos, desensualizada, que ha sido mantenida hasta la época más reciente y que por ello casi ha valido como la actitud filosófica en sí, esa actitud es sobre todo una consecuencia de la precariedad de condiciones en que la filosofía nació y existió en general: pues, en efecto, durante un período larguísimo de tiempo la filosofía no hubiera sido en absoluto posible en la tierra sin una cobertura y un disfraz ascéticos, sin una autotergiversación ascética. Dicho de manera palpable y manifiesta: el sacerdote ascético ha constituído, hasta la época más reciente, la repugnante y sombría forma larvaria, única bajo la cual le fue permitido a la filosofía vivir y andar rodando de un sitio para otro... ¿Se ha modificado realmente esto? Ese polícromo y peligroso insecto, ese "espíritu" que aquella larva encerraba dentro de sí, ¿ha terminado realmente por por quedar liberado de su envoltorio y ha podido salir a la luz, gracias a un mundo más soleado, más cálido, más luminoso? ¿Existe ya hoy suficiente orgullo, osadía, valentía, seguridad en sí mismo, voluntad de espíritu, voluntad de responsabilidad, libertad de la voluntad, como para que en adelante "el filósofo" sea realmente - posible en la tierra?..."

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Según dices has leído EL viaje de Céline, en él, el protagonista, Barmadu dice algo así como que, la filosofía, no es más que otra forma de miedo, (y sólo conduce a simulacros cobardes), ¿estás de acuerdo?
¿puede calificarse el comportamiento de Nietsche, por ejemplo, de ascético?

Mariano Cruz dijo...

Pienso que, como buen nietzscheano, Céline pone en boca de su personaje una frase feliz que sintetiza las ideas de Nietzsche al respecto. No estoy de acuerdo con ninguno de los dos, necesariamente. Lo que Nietzsche fustiga es un "cierto ascetismo", de manera parecida a lo que hacía con un cierto nihilismo que, en un sentido diferente, reivindicaba. Sobre si él era un asceta, por supuesto; como todo vitalista, como el propio Céline, era un asceta.

may borraz dijo...

El miedo está ahí. Atávico. La filosofía valiente lo mira de cara y aún así no le resta méritos.

Besos

Anónimo dijo...

¿No es un poco chocante que Nietzsche hable tan mal del ascetismo y al mismo tiempo sea un asceta?
¿No percibió esa contradicción mientras escribía, o es que se odiaba a sí mismo?

Mariano Cruz dijo...

Bueno, insisto en que habla mal de cierto ascetismo, pero no por ser un ascetismo, sino por instaurar el "gran error"; me refiero, evidentemente, a la figura del Sacerdote. Pienso que el Superhombre es un asceta y que Zarathustra es el asceta anti-sacerdote. En Ecce homo detalla su propia dieta. Por lo demás, no creo que Nietzsche se odiara a sí mismo, aunque sí que conocía bien aquel sentimiento de culpa acerca del que tanto escribió, al juzgar por algunas cartas de juventud.